Si a los hombres de paz les dejaran gobernar, otro gallo cantaría a la Humanidad. Federico Mayor Zaragoza ha dedicado su vida a ser la voz de los sin voz. Su paso por Granada como rector le dejó un recuerdo imborrable. Esta entrevista, realizada por Gustavo Gómez en noviembre de 2004, quiere servir de homenaje a este humanista cuyas palabras hoy siguen estando plenamente vigentes.
– ¿Por qué ha nacido el siglo XXI tan revuelto?
Porque desde 1985 los países más prósperos sustituyen los valores universales (solidaridad, igualdad, justicia y libertad) por los del mercado.
– ¿Qué ha sustituido a los principios de la Declaración Universal?
Los intereses a corto plazo. Recuerdo los versos de Machado: “Es de necios confundir valor y precio”. En este aspecto, estamos gobernados por necios. El mercado nos muestra los desgarros en el mundo social, los flujos migratorios, la muerte por hambre. No hemos cumplido las promesas que hicimos los países más desa- rrollados a los que están en vías de desarrollo. Hoy, en vez de ayudarlos, los explotamos aún más.
– ¿Pensar que todo va mal nos hace indiferentes a lo que nos rodea?
– Ser conscientes de que hay guerras preventivas y pueblos marginados no supone que nos dejamos embaucar por el poder mediático. Los que queremos una democracia genuina, sin rodillos parlamentarios ni corporaciones privadas con monopolios en la producción y en la investigación, no aceptamos como algo natural que las grandes corporaciones bancarias anuncien que ganan un 30% más al año mientras el resto lo pasamos crudo para llegar a fin de mes.
– ¿Discrepa con aquéllos que aseguran que esa visión del mundo es más realista?
Me fastidian los que nos recuerdan que hay que ser realistas porque ésos son los que nunca han hecho nada para cambiar el mundo. Nos pasamos el día siendo espectadores en vez de autores de nuestra propia vida: qué comemos, qué vestimos, qué pensamos…
– ¿Cómo ha de reaccionar el ciudadano?
La reacción debe ser el clamor popular. He pedido que todos y cada uno de nosotros debemos manifestar en alto nuestra voz para crear un clamor popular y así poder ser escuchados por los gobernantes.
Para un gran cambio debe haber una gran crisis, y estamos viviendo una crisis como nunca. Jamás viví una situación como la presente. Los medios se usan sesgadamente, se argumentan sospechas, se realizan actuaciones bélicas preventivas. Esto es por completo un disparate.
– ¿Qué dirán esas voces?
– Cada uno debe decir lo que piensa y evitar el silencio. Debemos ser la voz de los demás y, especialmente, la de los sin voz. No hay que callarse ni asociarse con los medios de comunicación y todos aquéllos que quieren dirigir el mundo solos. ¿Qué se han creído?
– ¿Cuál es la mejor lección que ha aprendido de sus viajes por los cinco continentes?
Saber que el mundo es redondo y que cada uno de sus 6.100 millones de habitantes es nuestra esperanza. He aprendido a amar a todos ellos. Porque, como decía el poeta, ¿quién, sino todos?
– ¿Y el precio que ha pagado por obtener tantos reconocimientos, honoris causa e incluso propuestas al Premio Nobel de la Paz?
Ninguno, porque he mantenido mi independencia con firmeza. Algunas personas, sobre todo de mi país, tienen un temperamento intransigente y arrogante pero he sabido mantener mi independencia frente a calumnias, desdén o marginación.
– ¿Qué puede enseñar Granada al mundo?
Dos dimensiones, principalmente. Una, estética: el esplendor de unas culturas que durante siglos han sabido vivir juntas y han formado el crisol que hoy es esta ciudad. Y otra, ética: en Granada encontré el arte de la amistad. Una de las cosas en que tenemos que educar es la apología de la amistad. Es por ésto que Granada nos cautiva a mí y a mi familia. Y nos sigue encantando.
– Aunque sea amante de la ópera, ¿escucha las canciones protesta de grupos como Manu Chao o Macaco, a quienes se define como símbolos del movimiento antiglobalización?
Escucho todo. Me encantan los tangos, por ejemplo, porque sus letras tenían mucho que ver con el momento político que vivía Argentina. Es una forma de expresar un estilo de vida, disentimientos, propuestas de cambio.
– Usted que tanto defiende la paz, ¿qué le pone violento?
Sólo los intransigentes, los extremistas, los dogmáticos, los que no saben que la palabra debe prevalecer sobre la violencia. Pero no lo demuestro.
– ¿Qué auditorio elegiría si pudiera?
Los jóvenes, porque son nuestra esperanza y de-ben escribir las páginas que ellos mismo pro- tagonizarán en el futuro. Por eso, es intolerable que Bush diga que EEUU no sigue las pautas de Kyoto porque van contra la industria de su país. ¿Pero qué se ha creído? Tenemos que hacer que los jóvenes sean conscientes del papel que deben jugar en la Historia. Por eso me preocupa el futuro, no el presente. Queramos o no, las próximas generaciones constituyen nuestro compromiso supremo.
– Déjenos una última reflexión
Para un gran cambio debe haber una gran crisis, y estamos viviendo una crisis como nunca. Jamás viví una situación como la presente. Los medios se usan sesgadamente, se argumentan sospechas, se realizan actuaciones bélicas preventivas. Esto es por completo un disparate.
Federico Mayor Zaragoza / «Talentos con Acento»
Federico Mayor Zaragoza (Barcelona, 1934-2024) fue director general de la Unesco durante doce años, entre 1987 y 1999. También fue farmacéutico, profesor, rector de la Universidad de Granada, poeta, alto funcionario internacional español y ministro de Educación y Ciencia de España entre 1981 y 1982.
Esta entrevista fue publicada en noviembre de 2004 en el periódico mensual “Paso a Paso”, editado por el Ayuntamiento de Granada. Posteriormente, fue incluida en el libro “Lujos Granadinos” (Fresolina Editorial, 2008). La publicación también recoge las entrevistas realizadas a otros destacados personajes granadinos contemporáneos: Blanca Li, Miguel Ríos, Miguel Moreno, Manuel Orantes, Marina Heredia, etc.