Un nombre y rostro para una máquina del tiempo

Jesús Lens tuvo la idea de crear un festival que convirtiera a Granada en una máquina del tiempo. Y le acompañamos en la aventura. Había que dar un nombre a la nueva criatura. Un nombre, y un «rostro», claro. Así que, puestos a discurrir, jugamos con lo básico: GRAnada VIaje en el TiEmpo: GRAVITE. Teníamos el nombre. Faltaba la imagen, su identificación visual. De nuevo, acudimos a la esencia. El festival uniría Ciencia y Cultura. Por tanto, busquemos qué une en Granada ambas realidades. Y lo encontramos en un elemento pequeño pero muy singular el origen de la civilización nazarí, a la que la ciudad debe tantas cosas: el alicatado.

«Los diseños geométricos del arte nazarí se repiten en distintos formatos y superficies, pero quizá sean los alicatados uno de las principales manifestaciones de este tipo de ornamentación. Los alicatados están formados por pequeñas piezas de cerámica vidriada de diferentes formas y colores que se agrupan entre si para generar tramas geométricas de gran complejidad». Así lo recoge la página web del Patronato de la Alhambra y el Generalife en su maravilloso artículo «La geometría matemática de los alicatados».

En la Alhambra se crearon gran variedad de tramas geométricas que fueron evolucionando en diseño y maestría a lo largo del tiempo. Los artesanos nazaríes trazaron con tal maestría las representaciones geométricas que llegaron a generar todos los grupos de simetría posibles dejando un legado no solo ornamental, sino también matemático pues es el único monumento antiguo en el cual están presentes los 17 diseños. En el arte nazarí las composiciones más populares son las de giros de 90º, aunque en la Alhambra todos los grupos se encuentran representados. Por tanto, Matemáticas y Artesanía. Ciencia y Cultura. A partir de esta información, debíamos desarrollar el concepto del alicatado para evolucionarlo hacia el futuro.

María Torres, nuestra diseñadora, explica perfectamente cómo argumentó la creación del logo del GRAVITE Festival: «Porque detrás de una técnica tradicional como es el alicatado, en este caso, un alicatado de la Alhambra granadina, descubrimos que tras su entramado hay puntos/nodos de conexión, de información; que nos permiten ir más allá de la parte física y táctil, como si pudiéramos atravesar esos azulejos y descubrir en ellos el tiempo que han vivido: pasado, presente y su proyección hacia el futuro».¿Entienden el orgullo que sentimos de la imagen que representa a nuestro festival? Sin duda, el cartel final, del Año Cero, es la mejor carta de presentación de una iniciativa multidisciplinar donde la Cultura y la Ciencia se dan la mano y avanzan juntas.