Estamos muy agradecidos a la Agencia Andaluza del Conocimiento por la entrevista que han realizado en su blog a nuestro CEO, Gustavo Gómez. La transcribimos a continuación:

Gustavo Gómez es el CEO de la empresa granadina Acento Comunicación, caso de éxito de empresa andaluza participando en proyectos europeos. Gustavo es periodista. Trabajó en medios de comunicación hasta que en 2000 creó su propia agencia. Además de participar en proyectos europeos, ha desarrollado servicios de comunicación para el consorcio IFMIF-DONES, Patronato de la Alhambra y Generalife, Fundación AXA, etc. Además, organiza los festivales Granada Noir y Gravite y forma parte de los Clusters OnGranada Tech City y Granada Convention Bureau.

¿A qué se dedica tu empresa?

Acento Comunicación es una agencia de Granada con más de 20 años de trayectoria. Trabajamos con empresas e instituciones locales, nacionales e internacionales. Nuestros servicios son muy variados: diseño gráfico, producción audiovisual, marketing online, desarrollos multimedia, gestión cultual, etc. Continuamente innovamos y siempre conciliamos vida laboral y familiar. Somos una agencia pequeña pero muy dinámica.

¿Cómo se plantea una empresa de comunicación “Vamos a entrar en proyectos europeos”?

Haciéndonos la pregunta: ¿y por qué no? Lo más importante fue poner el foco en Europa, tener vocación internacional y contar con un equipo entregado y profesional al que le guste los retos. Es cierto que las convocatorias europeas son tremendamente competitivas y resulta difícil tener éxito pero se puede conseguir. Y una vez que entras, si trabajas bien, repetir.

Nosotros somos una prueba de que las empresas andaluzas, independientemente de su tamaño, pueden acceder a los fondos europeos, trabajando con las instituciones más prestigiosas de cada sector. Es cierto que al principio el ecosistema puede resultar árido pero los técnicos de la Agencia Andaluza del Conocimiento facilitan mucho esa convivencia inicial. Después, ya depende de ti y de tener suerte a la hora de seleccionar convocatorias, buscar socios y ejecutar los proyectos.

El tesón nunca debe faltar pero esa cualidad la tienen por defecto los emprendedores y empresarios.

¿Cuál fue tu primer paso y cómo lograste embarcarte con éxito en la aventura?

Siempre nos ha gustado afrontar retos e innovar. Si a ello sumamos la crisis que en 2010 vivía el país, hizo que nos planteáramos optar a financiación europea. Asistí a una charla que en Granada organizó la Agencia del Conocimiento sobre cómo participar en una convocatoria del por entonces Séptimo Programa Marco, actual Horizonte Europa.

Me gustó la “música” y me sentí muy apoyado por los técnicos de la agencia. En ellos encontré una complicidad y una involucración que difícilmente hayas en otras administraciones públicas. Seguí los pasos que me indicaron y, a las pocas semanas, recibí una llamada de la Agencia preguntándome si quería tener una videoconferencia con una universidad de Cambridge que buscaba un socio para las tareas de comunicación del consorcio.

Tuvimos ese encuentro y les fui muy sinceros: “Somos una agencia pequeña y carecemos de experiencia en proyectos europeos pero hacemos este tipo de trabajos”. Su respuesta fue inmediata: “Buscamos ideas frescas y lo que hacéis nos encanta”.

A partir de ahí entramos en el consorcio, siempre ayudados por los técnicos de la Agencia. Ese primer proyecto europeo no obtuvo respaldo de la Comisión Europea. Pero los de Cambridge siguieron contando con nosotros para nuevos consorcios. Al cuarto, se consiguió y en 2017 empezamos a trabajar en un proyecto europeo. Desde entonces y al menos hasta 2027 tenemos asegurada financiación europea. Así que sí, se puede: siendo pequeño y desde una ciudad mediana como Granada, hay posibilidades de trabajar con las mejores instituciones del continente.

¿Y qué sensaciones tuviste una vez accediste al primer proyecto?

Honestamente, mi primera reacción fue sentirme muy pequeño: ¿estaría una microempresa como la mía a la altura de universidades que tenían a Premios Nobel en sus aulas? Recuerdo que cuando me bajé en la estación de tren de Cambridge, para asistir a mi primer Kick-off Meeting, no sabía cuál era la dinámica, cómo se relacionaban a nivel humano los participantes en las reuniones, si el material que llevábamos preparado serviría,… Pero al final todo fue muy fácil y nuestra intervención resultó un éxito. Después, con el paso de los meses, quedó claro que en un proyecto europeo imperan los mismos criterios que en cualquier otro orden de la vida: si trabajas con constancia, profesionalidad y cumples plazos, contribuirás al éxito del consorcio. Porque esa es la clave: formas parte de un equipo, el consorcio, y si alguien del equipo flaquea, debilita los resultados de todos.

Desde esa primera experiencia, en 2017, hemos participado en cuatro consorcios H2020. Pero, lo mejor, es que nos ha abierto la puerta de nuevos clientes de toda Europa. Algunos socios que nos conocen de esos proyectos después nos contratan servicios en otros proyectos para los que trabajan, como “third party”.

Estos nuevos mercados, evidentemente, mejoran la facturación de Acento Comunicación. Pero, siendo eso importante, para mí ha sido crucial el cambio de cultura empresarial que hemos tenido en la agencia: ahora sabemos que somos capaces de afrontar cualquier reto con las máximas garantías. Nos gusta trabajar con personas de distintos países, con los que compartimos una visión global a la hora de afrontar problemas tan actuales como la transición energética y la sostenibilidad.

¿En qué punto te encuentras desde entonces y cuáles son vuestras perspectivas?

Gracias a nuestra participación en proyectos europeos, nos estamos especializando en la diseminación de resultados científicos, especialmente en el campo de la sostenibilidad, la transición energética y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La cultura y el turismo son los otros dos pilares sobre los que cada vez generamos más resultados. Ahora mismo estamos trabajando en dos proyectos Horizonte Europa, con una duración de tres años y medio uno y de cinco, otro. Paralelamente, formamos parte de dos consorcios europeos con los que nos presentaremos a nuevas convocatorias europeas en los próximos meses. Así que estamos cumpliendo lo que pronosticaron los técnicos de la Agencia del Conocimiento: una vez que entras en esta rueda, la rueda sigue girando si eres profesional y cumples tu trabajo.

Seguimos además en contacto con la Agencia, recibiendo soporte, identificando nuevas oportunidades y participando en los eventos de networking que ayudan a entrar en nuevos consorcios.

¿Qué impacto ha tenido para la empresa el acceder a la cooperación con socios de otros países europeos?

Participar en proyectos europeos nos ha hecho crecer emocionalmente. Es indiscutible que nuestra financiación ha mejorado y que hemos abiertos nuevos mercados. Pero lo que más me gusta de esta experiencia es que cada persona de nuestro equipo ha crecido profesionalmente como nunca habría imaginado. El reto era mayúsculo y lo hemos conseguido juntos. Trabajamos con prestigiosos científicos de diferentes nacionalidades en temas que nos apasionan. ¡Qué más podemos pedir!

Y finalmente, ¿algún consejo para aquel que aún se lo esté pensando y piense que esto le viene grande?

Lo fundamental es poner el foco en Europa. Teniendo esa meta, toda empresa que trabaje con constancia y profesionalidad puede acceder a proyectos europeos, independientemente de su tamaño.