Si bien no es el primer proyecto europeo en el que participamos, eso no significa que recibir el mail de la Comisión Europea confirmando que el proyecto del que eres parte activa del Consorcio ha sido aprobado no haga la misma ilusión que el primero que nos concedieron allá por 2017.
Con ilusión y con respeto al reto que acaba de comenzar ya que, probablemente, con SHARED GREEN DEAL pasamos, como en tiempos de niñez, de escribir con lápiz a escribir con boli. Un proyecto que en ese mail de confirmación también recibió un mensaje más allá de la respuesta automática: Nota final: 15/15. O lo que es lo mismo, los revisores/as consideran que es perfecto. Vamos a la papelería del barrio a comprar un BIC.
Pero SHARED GREEN DEAL va más allá de un trabajo excelentemente ejecutado por los 22 socios que forman el Consorcio. El planteamiento del proyecto es incontestable. Si la Unión Europea dirige su camino a conseguir en 2030 emisiones cero de CO2 y, paralelamente, quiere potenciar la sociedad civil, la democracia, el género, la energía, el medio ambiente, la economía circular y la innovación, estos 22 socios deciden dedicar un caso de estudio a cada uno de estos hitos con los que, al final de proyecto, presentar un detallado informe a la Comisión con el que ofrecer vías sólidas y argumentadas para conseguir cada uno de estos temas.
Con esta idea como eje central del proyecto, SHARED GREEN DEAL trabajará, con una metodología basada en los experimentos y durante los próximos 5 años, con asociaciones (públicas y privadas) locales de toda Europa que trabajen activamente cada uno de los puntos anteriores de las que aprenderán de sus metodologías, conocerán sus demandas y necesidades y acompañarán durante estos meses para conseguir extraer conclusiones efectivas con las que poder ayudar a las futuras políticas de la Comisión Europea.
Y no solo eso, SHARED GREEN DEAL pretende, además, incluir un enfoque transversal incluyendo las disciplinas de las Ciencias Sociales y Humanidades que, paralelamente, aborden estudios sobre el género, las desigualdades sociales, aspectos de inclusión y diversidad en los ámbitos de estudio de cada uno de los experimentos.
Un reto mayúsculo que, desde Acento, tenemos la responsabilidad de comunicar a la sociedad. Así que los próximos cinco años nos veréis en webinarios, mesas redondas, en redes sociales, colándonos en algún periódico especializado o montando vídeos para llevar a cabo acciones de comunicación que amplifiquen el impacto de este proyecto.
Pero, sobre todo, haciendo llegar a aquellas comunidades locales que trabajen en proyectos con un alto impacto en la sostenibilidad, medioambientales, innovadores y resilientes que los fondos europeos quieren poner su trabajo en valor. Que quieren escribir su nombre, con boli azul Europa.
Nos vemos en el siguiente proyecto 😉
